"Es mucho más difícil juzgarse
a si mismo que juzgar a los demás"
(SAINT-EXUPERY)
Cuando el hombre entra en la alcoba
todos sus fantasmas le visitan
y su aparente autosuficiencia se desvanece
para dar paso al juicio.
¡Cómo se desintegran sus imágenes varias
que caminan con mil máscaras cada día
y, en el fondo del recodo, suspiran un poco!
Sin mirarse al espejo deshace sus adornos
y reflexiona sus obras sin mucho aprecio
pero sus omisiones le delatan,
cual se tratara de un talismán en la noche.
¡Cómo se desvanece la queja permanente de los otros
sin poder reparar su propia queja
que no le delata sin ocultarla por momentos!
Cuando el hombre comienza el juicio
todos sus acusadores salen de dentro
y su confiada apariencia se destroza
para dar paso al silencio.
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