"¡Mira,
Señor, que va a rayar el alba
y estoy
cansado de luchar contigo
como Jacob lo
estuvo!"
(MIGUEL DE UNAMUNO)
¿Ay, Dios mío: no ves mi alma suspirar en penumbra
mientras todo pide un nuevo alumbramiento
donde el verdugo siembre flores
y el lobo pacte con el corderillo?
¡Ay, Dios mío: desenreda tu fuerza de siete imperios
en el camino de las heridas
y haz renacer tantas cosas muertas
en el alma de los no creyentes!
¿Ay, Dios mío: no ves a mi aliento partir hacia lo
alto
mientras todo exhibe sus cadenas
donde los pobres claman pan
y los ricos derrochan vanidades?
¡Ay, Dios mío: lanza un rayo de tu poder
en el dominio de las espinas
y calma la sed de tantas cosas secas
en el ajetrear de esta vida!
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